Frutas de pepita

En botánica, una pepita es un tipo especial de fruta producida por plantas con flores de la subfamilia Maloideae, perteneciente a la familia Rosaceae. Las manzanas y las peras son, con diferencia, los tipos de frutas de pepita más conocidos, pero existen otras plantas que producen frutas clasificadas como frutas de pepita: el nashi, el membrillo y el níspero.

El manzano es el árbol más extensamente cultivado del mundo y esto es así desde hace, al menos, 2000 años. Los orígenes de la manzana se remontan a Europa Oriental y Asia Occidental. Las peras se dividen en variedades europeas y asiáticas; estas últimas se cultivan en China desde hace al menos 3000 años.

En general, las frutas de pepita se han adaptado a las regiones templadas y frías del mundo. Las frutas suelen tener un periodo de conservación largo: hasta un año en el caso de algunas manzanas. Esto permite prolongar la temporada de mercado y cultivar solo unas pocas variedades. Sin embargo, hay grandes diferencias de rendimiento de un país a otro. La diferencia de rendimiento depende en parte de la variedad de fruta y, para evitar errores costosos, se requieren técnicas de fertilización, así como un conocimiento exhaustivo de la gestión del huerto.

La fertilización de manzanos y perales es una de las prácticas más importantes de las que dependen el crecimiento y el rendimiento de los frutales. Mediante la fertilización, los elementos nutrientes suelen introducirse en el suelo para mantenerlos en cantidades óptimas accesibles a la planta o, alternativamente, se emplea la técnica de la fertilización foliar para introducir determinados minerales directamente en la planta a través de las hojas.

Para poder abonar el huerto con eficacia, es necesario conocer la cantidad y accesibilidad de estos elementos en el suelo y las plantas. Por lo tanto, es muy recomendable hacer un análisis foliar y del suelo cada año para saber qué cantidades de nutrientes deben añadirse al suelo. En el caso de las manzanas y las peras, también es importante hacer análisis de la fruta, puesto que estas frutas suelen destinarse al almacenamiento. El programa de fertilización también puede tener que diseñarse en función del portainjerto de los árboles.